El arte egipcio estará definido por los deseos de los faraones de construir obras eternas y pasar a la posteridad como sus inspiradores. Esta es la razón por la que utilizarán piedra para levantar los edificios más significativos: los templos, donde se honra a los dioses, y las tumbas, donde se perpetua la memoria de los difuntos.
Estos edificios están profusamente decorados bien con elementos vegetales, animales, jeroglíficos, escenas históricas, etc. La mayoría de estas decoraciones se realizan en relieve, siendo una de las principales fuentes para el conocimiento de la historia de Egipto. Los templos son construidos por los faraones para sus eternos padres.
A veces se considera que para comprender el arte en el antiguo Egipto es necesario despojarse de cualquier tipo de intencionalidad estética, ya que se trata de un arte predominantemente utilitario. A lo largo de toda su evolución histórica, se fue configurando un estilo inconfundible, que permaneció tal a pesar de la evolución que, sin duda, hubo de producirse en el transcurso de treinta siglos. Pinturas, esculturas y monumentos fueron considerados desde el perfil de la eficiencia, ya que tenían un fin evocativo. La vida se traducía en la obra, realizada en el espíritu de cánones y módulos precisos, que el artista debía aplicar y seguir diligentemente, en tanto se trataba de un funcionario que seguía determinadas reglas prefijadas.
Las pinturas y relieves, así como las esculturas, se encontraban en contextos muy específicos -generalmente templos o sepulturas. En estos contextos las representaciones no servían sólo como medio de decoración, sino que además contribuían a un fin religioso y/o político.
En general, no se puede negar que las representaciones transmiten un mensaje claramente político-religioso o mágico. El arte estaba impregnado de una magia, característica que se mantuvo durante todo el período faraónico, y esta jugaba un papel muy importante en la vida de los antiguos egipcios.
Por esto el arte egipcio está regido por convenciones y cargado de simbolismo. Las imágenes y esculturas tenían todo un idioma propio, con estrictas peculiaridades a las que el artista debía sujetarse para que su trabajo sea valedero. Estas convenciones o cánones, así como todo un sistema de símbolos ya estaban incluidos en la codificación del lenguaje artístico.
Si estas convenciones y simbolismos obligatorios eran limitadores del arte y artista egipcios o, por el contrario, propulsores del desarrollo cultural es lo que se pretende dilucidar. Esto se hace analizando el legado artístico egipcio.
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